ABORTO TIENE SEIS LETRAS, AL IGUAL QUE MUERTE

«Es mi cuerpo, yo decido qué hacer con él»

Esta expresión evoca lo que cientos de mujeres manifiestan al saber qué traen en su vientre. El aborto, es el principio que pone en peligro la paz.

Decía Juan Pablo II, que no puede haber auténtica paz sin respeto de la vida, especialmente de la inocente e indefensa como la de los niños por nacer.

Hoy en día nuestra sociedad nos ha llevado a pensar, que un niño es una carga y nos induce a considerar el aborto como una solución. Y no digo que no sean una responsabilidad, y que no sea difícil para quien tiene planes y sueños. Pero es que en el momento, en que dejamos que la pasión nos lleve a la cama, aceptamos lo que ahí se puede engendrar.

A veces, nos creemos capaces de determinar si era necesario el aborto y tomamos en cuenta el derecho de una  parte. Y con facilidad nos olvidamos de la otra persona que la mujer lleva dentro.

“¿Y si viene enfermo?’’, “¿Y si me violaron?’’, “… pero al inicio son un montón de células, que ni siquiera se han formado.’’ Pues, si no se dan las condiciones, la misma naturaleza se encargará de esa interrupción. Además, el aborto no te va a sanar de la vejación, y además, pasarías de ser victima a victimario. Y desde el instante de la concepción, existe ya un ser vivo con ADN humano único.

Apoyar y luchar por los que no pueden hacerlo, no es la imposición de una colectividad sino el deber y derecho de toda persona. No te has preguntado en alguna vez, ¿y si mi madre hubiese optado por esa opción?

Ahora, por qué en vez de educar sobre el aborto, por qué no educamos sobre la adopción. Lo que quizás para ti sea una desgracia para otros puede ser una bendición.