No finjas ser feliz, no te encierres

Para sentirnos prisioneros, no es necesario estar bajo las rejas. Ni mucho menos que te haya caído el peso de la justicia, para permanecer encadenado a tus miedos.

No, no finjas ser feliz mientras la cobardía te encierra. Mientras la desesperanza te pone las esposas. Mientras la inseguridad te lleva al cautiverio.

Grita. Grita todo lo que puedas, y desenreda la ansiedad que oprime tus fuerzas. Si quieres callar, calla al desaliento. Arráncale las cadenas que te apresan… pero no te encierres.

No seas tú el que se acostumbre a las celdas, y hasta las encuentre cómodas. El que prefiera las rayas negras y blancas de su vestuario, porque lo hace ver más delgado. El que no quiera ver al sol porque se volvió oscuridad.

La vida es mucha libertad, como para verla tras las rejas.

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